La Ley de Insolvencia y Reemprendimiento, conocida popularmente como Ley de Quiebra, fue promulgada con el objetivo de ofrecer una salida legal y ordenada para aquellos individuos y empresas que enfrentan dificultades financieras insuperables. Pero, ¿es tan eficiente como parece?

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¿El texto tiene buenos postulados?

Aunque la normativa se creó para proporcionar un escape funcional y correcto a las dificultades financieras, ¡no está exenta de fallas! Por tal motivo, tampoco está exenta de críticas. Incluso, presenta varias desventajas que los deudores deben considerar antes de optar por este camino.

Desglosando los puntos débiles de la ley de quiebra

A continuación, en Deudas.cl analizamos algunos de los principales inconvenientes asociados con esta legislación.

Proceso largo y complejo

Pon a prueba tu paciencia. Uno de los mayores inconvenientes de la Ley de Insolvencia y Reemprendimiento es la duración y complejidad del proceso.

Para muchos deudores, la quiebra puede parecer una solución rápida y sencilla, pero la realidad es diferente. El proceso incluye varias etapas que requieren la intervención de distintos actores, como el síndico de quiebras, los acreedores y los tribunales.

Es más, esto puede extenderse durante meses o incluso años, generando incertidumbre y estrés para el deudor.

Costos asociados

Existen costos significativos asociados con la contratación de abogados, síndicos y otros profesionales necesarios para manejar el caso.

Además, el deudor debe afrontar los honorarios del síndico, que pueden ser elevados dependiendo de la complejidad del caso. Estos costos adicionales pueden agravar la situación financiera del deudor, quien ya se encuentra en una posición vulnerable.

¡Declararse en quiebra no es un proceso gratuito!

Impacto en el historial crediticio

Declararse en quiebra queda registrado en los informes crediticios y puede afectar negativamente la capacidad del individuo para obtener crédito en el futuro.

Esto puede durar varios años, limitando las oportunidades financieras y dificultando la recuperación económica del deudor a largo plazo.

Los bancos y otras instituciones financieras suelen ser reticentes a otorgar préstamos a personas con antecedentes de quiebra, lo que puede obstaculizar proyectos futuros.

Estigmatización social

No todo es de materia económica. La quiebra también puede tener un impacto significativo en la reputación personal y profesional del deudor.

Existe una estigmatización social asociada con la quiebra, que puede afectar las relaciones personales y profesionales. En un país donde la cultura del emprendimiento está en crecimiento, tener una quiebra en el historial puede ser visto como un fracaso, afectando la autoestima y la motivación para reemprender. Sin lugar a duda, este estigma puede ser una barrera adicional para la reintegración económica y social del deudor.

Limitaciones para reemprender

Aunque la Ley de Insolvencia y Reemprendimiento está diseñada para facilitar una segunda oportunidad, existen ciertas limitaciones para reemprender después de la quiebra.

El deudor puede enfrentarse a restricciones legales y contractuales que limitan su capacidad para iniciar un nuevo negocio. Además, el proceso de reconstrucción financiera y crediticia puede ser largo y desafiante, retrasando significativamente cualquier intento de reemprendimiento.

Las oportunidades de acceder a financiamiento son escasas, lo que puede dificultar la puesta en marcha de nuevos proyectos.

Venta de activos

Durante el proceso de quiebra, el deudor puede verse obligado a vender sus activos para pagar a los acreedores.

Esto puede incluir propiedades personales y comerciales, vehículos, equipos y otros bienes valiosos. La pérdida de estos activos puede ser devastadora y dejar al deudor en una situación aún más precaria.

Junto con ello, la venta de activos puede no cubrir completamente las deudas, dejando al deudor con obligaciones pendientes.

Intervención de acreedores

En el proceso de quiebra, los acreedores tienen una influencia significativa sobre las decisiones que se toman. Esto puede incluir la venta de activos, la reestructuración de la deuda y otras medidas que pueden no ser favorables para el deudor.

Los acreedores suelen buscar maximizar su recuperación, lo que puede ir en detrimento de los intereses del deudor.

Esta intervención puede hacer que el proceso sea más complicado y menos beneficioso para quienes buscan una solución equitativa.

Pérdida de control

Declararse en quiebra implica ceder el control de las finanzas y decisiones importantes a un síndico de quiebras y a los tribunales. Esto puede ser una experiencia desalentadora para los deudores, que se encuentran en una situación de vulnerabilidad.

La pérdida de control sobre sus asuntos financieros y comerciales puede generar sentimientos de impotencia y frustración. Además, el deudor debe acatar las decisiones y resoluciones emitidas por estos terceros, lo que puede no siempre coincidir con sus intereses o necesidades.

Desventajas de la Ley de Quiebra: Guía para deudores

Aunque la Ley de Insolvencia y Reemprendimiento ofrece una vía legal para manejar situaciones financieras extremas, presenta varias desventajas que los deudores deben considerar detenidamente.

En este sentido, es importante considerar que:

  • El proceso es largo y costoso.
  • Puede tener un impacto duradero en el historial crediticio.
  • La reputación del deudor podría estar en juego.
  • Existen limitaciones significativas para reemprender.
  • En caso de una intervención por parte de los acreedores puede complicar aún más la situación.

Por ello, antes de optar por la quiebra, es esencial que los deudores evalúen todas las alternativas disponibles y busquen asesoramiento profesional para tomar la decisión más adecuada a sus circunstancias.

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